El pasado día 13 se cumplió el centenario
del nacimiento del imaginero Antonio Eslava Rubio. Si
hacemos una pequeña reseña bibliográfica,
el recordado artista era natural de la localidad sevillana
de Carmona, donde nació el 13 de mayo de 1909.
Sus primeros estudios los realiza en las Escuelas del
Santísimo Sacramento de los Padres Salesianos.
En 1929 el Ayuntamiento de Carmona le concede una beca
que le permite cursar estudios en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla. Allí
tendrá como maestros a Manuel Echegoyan, José
Lafita o Juan Luis Vasallo Parodi, destacando en modelado
y vaciado. Eslava realiza en 1943 su primera imagen
cristífera, el Santísimo Cristo del Descendimiento
para su localidad natal. Sería en 1947 cuando
entra en el taller de Castillo Lastrucci donde ampliará
conocimientos trabajando hasta mediados de los cincuenta,
cuando se separaría para montar taller propio
en un corral de la calle Menjíbar, junto a la
sevillana iglesia de San Juan de la Palma. Hay que aclarar
que durante su estancia a las órdenes de Castillo,
y tras terminar sus jornadas en el citado taller, realizaba
algunas imágenes por su cuenta. Valga como ejemplo
el Señor de la Oración en el Huerto y
el Ángel Confortador para Sanlúcar de
Barrameda (1949).
Una vez puesto en marcha su propio taller comienza
una extensa producción. Sin duda ésta
podría haber sido más numerosa, pero por
su particular forma de ser, a veces bohemia, trabajaba
solo, sin ningún asalariado y en contadas ocasiones
se ayudaba de algún alumno. Sin embargo, esto
no es óbice para que numerosas hermandades cuenten
con imágenes salidas de su gubia. Realizó
más de un centenar de imágenes donde podremos
ver Cristos, Dolorosas, misterios, imágenes letíficas
o multitud de restauraciones. Eslava destacó
por la talla de expresivas manos para sus Vírgenes.
Se hizo con un hueco en la imaginería del siglo
XX, con obras en Sevilla, Málaga, Córdoba,
Jerez o Madrid, entre muchas otras ciudades y localidades.
En 1975 al fallecer su madre doña Antonia Rubio,
a la cual siempre estuvo muy unido, se traslada a la
localidad de San Juan de Aznalfarache, lugar donde vivió
hasta su fallecimiento el 18 de diciembre de 1983, a
los 74 años de edad. Fue enterrado en su localidad
natal de Carmona. El 27 de abril de 2008 sus restos
mortales fueron trasladados desde el Cementerio de San
Teodomiro a la capilla de San Francisco.
Centrándonos en el título de este artículo
el imaginero Antonio Eslava tiene una importante muestra
de su arte en la Semana Santa de Jerez, donde realizó
las imágenes del misterio de la Hermandad de
Santa Marta, Nuestra Señora de las Lágrimas
de la Hermandad de la Vera-Cruz, San Juan Evangelista
de la Hermandad de la Lanzada, María Magdalena
y el Señor Cautivo de la Hermandad del Cristo
del Amor, y las restauraciones de Nuestra Señora
de Loreto y María Santísima de la Amargura,
o las manos de María Santísima de los
Dolores, Nuestra Señora de los Remedios y María
Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción.
El primer trabajo que realiza Eslava para Jerez fue
la restauración de la Dolorosa de la Hermandad
de Loreto, obra del siglo XIX y desde siempre atribuida
a las gubias del imaginero Juan de Astorga. Esta talla
se encontraba en la Parroquia de San Pedro bajo la advocación
de Virgen de los Dolores y es en 1951 con la organización
de la Cofradía cuando pasa a llamarse Nuestra
Señora de Loreto. En 1953 la imagen fue restaurada
y retocada por el imaginero, quién le rehizo
el candelero y le suprimió un saliente que tenía
en la nuca. Al año siguiente realizó su
primera estación de penitencia, en su paso de
misterio con la cruz vacía con el Santo Sudario.
En 1963 vuelve a intervenir el imaginero de Carmona
creando un nuevo cuerpo a la imagen a modo de saya pudiendo
decir que es de cuerpo entero y no de candelero (1).
Llegado a la década de los sesenta, Antonio
Eslava realizará múltiples encargos para
nuestra ciudad. El primero viene de la mano de la Hermandad
del Cristo del Amor para la cual realiza la talla de
María Magdalena, siendo estrenada en la Semana
Santa de 1961 (2). Es una imagen de vestir en posición
genuflexa, donde destaca su rostro elevado hacia el
cielo en medio de su llanto y larga cabellera tallada
que parte con raya en medio, cayendo dos mechones gruesos
hacia el pecho, siendo el izquierdo más largo.
Lleva boca entreabierta siendo visibles el tallado de
los dientes y la lengua, señalar el hoyuelo en
su barbilla.
En ese mismo año de 1961 talla la primera imagen
del paso de misterio de Santa Marta. La Santa Hospedera
fue bendecida el 19 de febrero de 1961 en la parroquia
de San Mateo por el entonces párroco y director
espiritual de la Cofradía, don Francisco González
Cornejo.
Al año siguiente llegará la imagen cristífera
de la Cofradía, el Santísimo Cristo de
la Caridad en su traslado al sepulcro. Fue bendecida
el 5 de noviembre de 1962. La talla del Cristo Yacente
está realizada en madera de pino, destacando
su rigidez post mortem con el brazo derecho alineado
al cuerpo y el izquierdo termina con su mano apoyada
en el sudario. La interpretación de la cabeza
es sin corona de espinas, ni potencias. Fue restaurado
a finales de 2000 y principios de 2001 por el jerezano
Agustín Pina Calle. El Sábado Santo de
1966 realizó su primera salida en el paso de
misterio junto a las tallas de la citada Santa Marta,
y José de Arimatea, Nicodemo, y María
Magdalena.
Haciendo un paréntesis con el misterio de Santa
Marta, en la Semana Santa de 1962 la Hermandad de la
Lanzada estrena para su misterio la imagen de San Juan
Evangelista (3). En esta ocasión el imaginero
representa a un Evangelista adulto con cabellos muy
bien trabajados y profusa barba a diferencia de otras
imagines de su producción, más aniñadas
e imberbe, valga como ejemplo el de la Cofradía
de Santa Marta.
En 1965 la Hermandad de la Flagelación le encargaría
a Eslava la restauración de María Santísima
de la Amargura, talla anónima de mediados del
siglo XVII. La junta de gobierno acuerda el 5 de mayo
de 1965 su restauración ascendiendo su coste
a 12000 pesetas. El contrato se firmó el día
15 del citado mes y año y en él se estipulaba
el arreglo del rostro, unas manos nuevas y otros detalles
(4).
Otro encargo vendrá de la Hermandad de la Vera-Cruz
pasada la Semana Santa de 1966, año el que se
había estrenado el paso de palio. Hasta esa salida
había procesionado la primitiva Virgen de las
Lágrimas, como se puede comprobar en la portada
de La Voz de Sur (5), talla que databa del siglo XVII
y se desconocía su autoría. En una primera
instancia el cometido de Eslava era una restauración,
pero al examinarla el escultor y comprobar su estado
de conservación se decide hacer una cabeza nueva
con el busto de ésta y lo más parecida
posible a la primitiva Virgen, desapareciendo esta imagen,
aunque esto quedó en secreto. El 13 de octubre
de 1983 algunos hermanos de la Cofradía, encabezados
por el director espiritual P. Antonio Pacheco, visitaron
a Antonio Eslava en San Juan de Aznalfarache en la calle
Lepanto, n.º 59 quién les confirmó
que la autoría de la Virgen era suya. La nueva
imagen costó 20.000 pesetas (6).
En las mismas fechas que la Virgen de las Lágrimas
se encontraba en el taller de Eslava, la Hermandad de
las Tres Caídas le encarga para la imagen de
María Santísima de los Dolores la hechura
de unas manos nuevas (7).
En 1969 Antonio Eslava completaría el misterio
de Santa Marta con las imágenes de la Virgen
de Penas y Lágrimas, San Juan Evangelista, María
Cleofás y María Salomé. Todas estas
imágenes fueron bendecidas el 15 de febrero de
1969, en la parroquia de San Mateo. En la Dolorosa de
Penas y Lágrimas, Eslava no representa como en
otras ocasiones una Virgen joven y dulce como aprendió
cuando era discípulo de Castillo Lastrucci, esta
vez talla una Virgen adulta con signos de sufrimientos
y amargura, con mirada perdida hacía el cielo.
Su boca está entreabierta y es visible el tallado
de los dientes y la lengua. Es imagen de candelero,
pero cabe reseñar que tiene labrados los pies,
llevando sandalias.
Los dos últimos trabajos del imaginero de Carmona
serían para la Hermandad del Cristo del Amor.
Primero con el encargo de la imagen del Cautivo por
parte del cofrade fundador, Juan Pedro Bernal Blanco.
El citado cofrade donará a la Corporación
la imagen, siendo aceptada por ésta el 28 de
febrero de 1969. En el mes de octubre de ese año,
el imaginero termina la imagen que fue bendecida en
la mañana del 4 de enero de 1970 por el Obispo
Vicario en Jerez, Monseñor del Val Gallo, en
la iglesia de San Juan de los Caballeros. La talla sigue
el modelo del Cristo de Medinaceli. En la Semana Santa
de 2004 procesiona por primera vez en Semana Santa,
ya que antes solo presidía en Cuaresma un Vía-Crucis.
Y segundo, coincidiendo con la realización de
la imagen del Cautivo, Eslava tallaría nuevas
manos para la Dolorosa de Nuestra Señora de los
Remedios (8).
Por último, señalar que también
talló manos nuevas a la Virgen de la Paz de la
Hermandad de la Coronación.
(1) VELO GARCÍA, Eduardo. La Hermandad de Loreto
de Jerez. Estudio Histórico –Artístico.
Hermandad de Loreto. Jerez, 2004.
(2) Periódico Ayer. 29 de marzo de 1961. Pág.
5. Jerez.
(3) Periódico Ayer. 3 de abril de 1962. Pág.
4. Jerez.
(4) GARCÍA ROMERO, F. A. / VEGA GEÁN,
E. Flagelación y Amargura de Jerez de la Frontera.
Hermandad de la Flagelación. Jerez, 2003.
(5) Periódico La Voz del Sur. 8 de abril de 1966.
Portada. Jerez.
(6) REPETTO BETES, José Luis. La Vera Cruz de
Jerez. Hermandad de la Vera-Cruz. Jerez, 1984.
(7) Información facilitada por Diego Romero Faviere.
(8) Información facilitada por José Guerra
Carretero.