El intenso azul del cielo del pasado Viernes Santo,
fue inundando poco a poco las calles de la ciudad de
Jerez. Un azul intenso que siguió así
hasta alrededor de las 02.00 de la madrugada de un ya
Sábado Santo.
Ese azul que todos los “viñeros”
llevamos siempre en nuestros corazones, el azul de la
Bendita Inmaculada Concepción de la Purísima
Virgen Maria, el azul de la que fue coronada por los
corazones de muchos cofrades viñeros y muchos
de sus fieles devotos. Escribo estas líneas porque
necesitaba escribir lo que sentí el pasado Viernes
Santo, una jornada gloriosa para la Hermandad de la
Exaltación.
Quiero aprovechar este hueco para, primero, dar las
gracias a mis benditos Titulares, al Stmo. Cristo de
la Exaltación y a Maria Stma. De la Concepción
Coronada, por poderles acompañar un año
más por las calles de Jerez vestido con mi santo
hábito Nazareno. Se que últimamente los
he tenido un poco “abandonados” pero Ellos
saben que siempre los llevo en el corazón, vaya
donde vaya y esté donde esté, ya que son
mi guía, los que me ayudan a caminar cada día.
Ellos fueron mi primera referencia cofrade desde que
tengo uso de razón, con Ellos estaré siempre
y si me dan Salud y Fuerza, estaré con ellos
cada Viernes Santo. Quiero dar las gracias al Stmo.
Cristo de la Exaltación y a Maria Stma. De la
Concepción Coronada, por ser Viñero.
Gracias a la Junta de Gobierno de la Hermandad de
la Exaltación por saber regalar a Jerez al Señor
de la Exaltación y la Señora Coronada,
nuestra Virgen de la Concepción; porque se nota
que poco a poco Jerez hace mas suya también a
esta Hermandad que ha sabido resurgir de sus propias
cenizas como Ave Fénix, que ha sabido reciclarse
e ir construyendo una gran Hermandad año tras
año.
Gracias a la Dirección de Cofradía de
esta Hermandad, por cuidar al hermano Nazareno de fila,
ese eterno olvidado en muchas hermandades, gracias por
comprender que los nazarenos también hacen grande
a una Hermandad, no solo los Pasos.
Gracias a los capataces y costaleros de esta Viñera
Hermandad, por llevar a nuestros benditos titulares
con la elegancia, dignidad y hermosura. Gracias por
regalar ese sabor a Barrio por las calles de Jerez;
porque somos una Hermandad de Barrio y con mucho orgullo.
Jerez se rindió de nuevo ante la devoción
de un barrio obrero y comprendió que no todos
los pasos tienen que andar igual, y que la Reina de
las Viñas, la Concepción Coronada, la
vecina mas querida de su Barrio, se podía pasear
por Jerez con elegancia y valentía, porque Ella
es lo mas grande para nosotros, los viñeros.
Parte de que algo llegue a ser “grandioso”,
es no dejar indiferente a nadie y la forma de andar
del Paso de Palio de la primera Dolorosa Coronada de
Jerez, no dejo indiferente a nadie, volvió a
reconquistar y a enamorar a todo el que la veía,
a su salida, en el Puente,…
Por eso se dice “Puente y aparte…”,
porque ser Viñero es algo muy especial, se nace
con ello. Ser Viñero es algo diferente, es que
se te pongan los vellos de punta cuando se abren las
puertas de la Parroquia un Viernes Santo a las 16.00
horas, es ver al Señor de la Exaltación
mecerse de costero a costero entre el calor de su barrio,
es ver a la Señora Coronada andar algunos pasitos
atrás en su Plaza porque no se quiere ir de su
Barrio,…
Gracias a todos y cada uno de los cofrades de la Hermandad
de la Exaltación que hicieron posible un inolvidable
Viernes Santo; gracias desde el diputado de Cruz de
Guía hasta el ultimo músico de la Banda
de Huevar.
Gracias a todos por hacer Viñero, otro año
más a Jerez de la Frontera.