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Visita guiada
Sebastian Galafate Dominguez

En un lugar céntrico de nuestra ciudad, cercano a alguna de las sedes de nuestras hermandades (véase casas de hermandad), elegante y soberbio se alza el nuevo museo de las cofradías. Pasen, pasen y acompáñenme en esta ilustrativo recorrido…

En la primera de las salas y bajo un enorme cartel en el que con tipografía gótica y bajo el titulo de ‘restaurarse es morir’, se nos explica la ‘tradición jerezana’ de no restaurar algunos de nuestros bienes mas preciados por motivos de lo mas diverso. Se alzan preciados enseres de nuestras hermandades a los que ningún restaurador logró (y puede que tampoco logre) acercarse, nombren conmigo: el paso de misterio de la Hermandad de la Cena, la saya de Maria Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción… En honor a la verdad en esta sala aparecen varios huecos parece que de imágenes titulares de nuestras cofradías que la han ido abandonando recientemente, así como el tunico de las avefrías del Nazareno que está estratégicamente situado cerca de la puerta de la sala.

La siguiente de las instancias honra a tantos grandes restauradores que transmitieron su sapiencia y sus propios ¿conceptos de restauración? a mas de una de nuestras imágenes en décadas pasadas y que dejaron huellas indelebles de su intervenciones / alteraciones. Maestros de la lija, la viruta y el betún de Judea, hijos no deseados de la escuela de Viollet Le Duc, impregnan con carácter monográfico el espacio de esta sala. En la salida un tatuador ofrece la posibilidad de marcarnos en el antebrazo, cual res, con el nombre de nuestro restaurador preferido al modo de algún crucificado jerezano.

La siguiente y mas interesante de las habitaciones de este compendio de arte cofrade ofrece todos aquellos proyectos que ilusionaron a tantos y tantos cofrades, proyectos que valieron mas de uno y de dos turnos tras una barra y que un día sin mas sirvieron para calzar la mesa de billar de la nueva casa de hermandad. Proyectos fabulosos, pasos de misterio en plata de ley, el Resucitado para Jerez de Ortega Brú, mantos con sensacionales bordados (puede que después apliques)…Un lugar destacado de esta sala alberga las grandes obras prometidas por un ¿conocido? Bordador jerezano, muchas de ellas como simple presente a nuestras cofradías. En otra de las esquinas una colección de cd´s de música cofrade de las mas rutilantes bandas sevillanas nos ofrece la posibilidad de poner el audio de sus discos al video de nuestras procesiones, cumpliendo así las promesas de mas de uno y de dos hermanos mayores.

El proyecto de la ‘magna de palios’ se alberga en la ultima de la salas, con montajes videográficos que imaginan los que hubieran sido los momentos estelares de tan gran acontecimiento. En un gran cartel al fondo de la sala se nos recuerdan los cuidados criterios de selección para los pasos de palio a participar en este evento. A la salida se nos obsequia con dos ejemplares por persona del best-seller "la magna del 2000".

Terminado este interesante recorrido en la tienda de obsequios podemos recoger souvenirs tales como papeletas para los sorteos de proyectos que nunca se realizaron, cajas con loterías de navidad de todas y cada una de las hermandades, programas electorales cofrades ‘a la americana’.

Como una ilusión mas propia de formar parte de este espacio expositivo que de un programa electoral, muchos cofrades confiaron en ese museo hace ahora 4 años, mientras muchos otros ya se veían en algún puesto de trabajo, municipal por supuesto, de la plantilla del museo. Uno de los terrenos propuestos lo ocupará finalmente el museo de la ciudad, pero no se preocupen que creo que junto a IKEA hay unos terrenos excelentes para este museo, si si allí, al ladito del Speed Festival.


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