La
antigua Colegiata, hoy catedral jerezana es un bello
edificio barroco situado sobre una amplia plataforma
rodeada de escalinatas que fue levantado entre los años
1695 al 1778(al culto desde 1821) con muchos esfuerzos
sobre la que fue primitiva Iglesia del Salvador que,
a su vez, ocupó el solar de la principal mezquita
que existió en el Jerez musulmán. A lo
largo de la prolongada edificación de la hoy
Catedral, intervinieron los siguientes arquitectos:
Diego Moreno Meléndez, Rodrigo del Pozo, Juan
Vargas, Pedro Ángel Albisú, José
Carlos Sánchez, Diego Antonio Díaz, Ignacio
Díaz de los Reyes, Juan de Pina, Torcuato Cayón
de la Vega, Miguel de Olivares y Sebastián Verdugo,
así como otros artistas a destacar como Jácome
Baccaro, Juan Rodríguez "El Taonero"
como pintores, y escultores.
Como hemos mencionado
con anterioridad, la historia de su construcción
fue difícil por las muchas vicisitudes que hubo
que superar. El factor fundamental de las interrupciones
habidas por aquella época se debió fundamentalmente
a motivos económicos además de otros problemas
que se produjeron en ella; pero gracias al Cabildo que
encontró en los reyes generosos mecenas y la
aportación silenciosa de numerosos feligreses,
logró que Jerez tuviera su iglesia Colegial a
tono con su indudable categoría. Es digno de
destacar, la generosa protección del Cardenal
Arias, el que además de donar todas sus pertenencias,
adoptó la obra con desmedido cariño. Bajo
su paternal protección estaban albañiles
y canteros; para luego incorporar escultores y pintores
que le dieran un perfecto acabado. Después de
numerosos avatares y, por si fueran pocos, el 25 de
febrero de 1755 a las tres en punto de la tarde cae
un rayo en la torre, por cuya causa la inspeccionan
varios maestros jerezanos apreciando varios desperfectos
en la esquina que mira a la plaza de la Encarnación,
cayendo parte de ella sobre la Capilla de las Ánimas,
que hundió su techumbre produciendo el pánico
en la feligresía. El 1 de noviembre de ese mismo
año se produjo un intenso terremoto, que como
es lógico sembró de miedo la Ciudad. El
Cabildo en pleno se reunió para dar gracias a
la Santísima Virgen de la Consolación,
por haber respetado íntegra la torre y la iglesia;
no así como a otros edificios civiles de la Ciudad.
Nuestro principal
templo tiene una amalgama de estilos arquitectónicos,
que oscilan entre el gótico y el barroco incluyendo
el bello reducto el que, nos recuerda por sus especiales
características a la villa italiana de Farnésio,
el que salva un prolongado desnivel que hace posible
el cómodo acceso a su puerta principal. Su elegante
y monumental fachada barroca, de profusa decoración,
consta de tres pórticos empotrados de influencia
sevillana. En su interior presenta una planta de cinco
naves, separadas por grandes arcos de medio punto. El
recorrido por el recinto permite contemplar importantes
obras de arte, como el Cristo crucificado de la Viga
(una de las tallas más antiguas de Andalucía),
el cuadro La Virgen niña, de Zurbarán
y las pinturas debidas al mencionado anteriormente Juan
Rodríguez "El Taonero".
Como ya es sabido,
la primitiva iglesia se hizo sobre la antigua Mezquita,
aprovechando el espacio que ocupaba y de la que, sólo
quedaron como vestigios de ella su pobre y destartalado
alminar, desde donde el Almuecín llamaba con
su estridente voz a los creyentes islámicos a
su culto. A la torre de ascendencia mudéjar,
se le han agregado algunos componentes de distintos
estilos como son su campanario y la cúpula de
azulejos blancos y azules, que hoy nos presenta su agradable
aspecto. |