Por acuerdo
municipal en 1852 se le concede a este lugar dicho nombre
en memoria de la Reina María Cristina de Borbón
(cuarta esposa del Rey Fernando VII)
Se le llamó
Los Llanos de San Sebastián y también
de Santo Domingo ya que este extenso lugar estaba presidido
por el convento de Santo Domingo (el que unido al de
San Francisco fueron de los primeros que se instalaron
en la Ciudad tras la Reconquista de Alfonso X el Sabio).
En aquella época todo este terreno era abrupto
y yermo que únicamente servía como muladar
y por ello estaba repleto de inmundicias.
La Alameda Cristina
también se denominó con el nombre de Marqués
de Casa Domecq y es que el jerezano, Pedro Domecq, no
sólo llegó a dirigir la empresa vinatera
que llevaba su nombre, sino que también fue gran
favorecedor de los centros docentes regentados por los
Hermanos de Escuelas Cristianas y otros centros benéficos.
Frente al Palacio Domecq se sitúa el monumento
a esta figura jerezana inaugurada en 1923.
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